Conocer los orígenes y las causas de los conflictos, los sujetos y los contextos actuales, las condiciones y las interacciones internacionales, las perspectivas… Resulta una operación ardua pero necesaria cada vez que un conflicto lacera la historia, porque, si bien se lo pedimos a las instituciones, también se nos exige a nosotros un paso esencial: abrirnos al diálogo, alejarnos de la polarización, desarmar ante todo nuestro pensamiento para explorar nuevos territorios. 

Ninguna guerra trae el bien: para construir la paz, cada mujer y hombre comprometido con la política, ponga de frente un nuevo horizonte de pensamiento y de acción.

 

Proponemos cuatro caminos.

 

1) En nombre de nuestra común humanidad: la violencia en el conflicto palestino-israelí, y en otros puntos de guerra en el planeta -como en Ucrania-, muestra niveles de crueldad que exigen necesariamente que vayamos a la raíz. Nuestra mirada debe reconocer, antes que cualquier otro dato, la vida de madres, padres y niños que es despedazada; seres humanos como nosotros, que experimentan un sufrimiento injustificable. Más allá de las identidades religiosas, nacionales o políticas, a menudo anquilosadas por la historia, es necesario repensar la política a través de la experiencia misma de la maternidad, la paternidad, la filiación y la amistad. Son estos vínculos esenciales, estas formas sociales originarias las que nos llaman a respetar toda vida humana. La política tiene como tarea esencial cuidar de la sociedad y de la casa común: ponernos del lado de madres y padres, hijos e hijas, hermanos y hermanas, nos guiará más allá de fronteras que hoy parecen insuperables. Debemos potenciar, por ejemplo, los caminos de paz entre madres, padres, líderes religiosos del pueblo palestino y del pueblo israelí iniciados hace largo tiempo, durante el cual han sufrido y actuado juntos. Como para cualquier pueblo, es un vínculo profundo el que une al pueblo palestino con su territorio; razones distintas y del mismo modo arraigadas valen para el pueblo israelí. En medio de esto, ambos pueblos han demostrado que quieren y pueden dar forma a una convivencia real. Es deber de sus gobiernos escucharles.

 

2) La voz de las mujeres y la cultura del cuidado: no queremos resignarnos a los actuales escenarios de poder dirigidos por hombres que manejan armas de toda capacidad destructiva, donde el ataque y la defensa no tienen medida. Numerosas experiencias de la historia de la humanidad han sido capaces de señalar caminos diferentes, en los que las mujeres, capaces de salirse de los marcos tradicionales, han sido con frecuencia protagonistas.

¿Por qué no centrarnos en otras herramientas, otros lenguajes y metodologías, en temas que hasta ahora han permanecido invisibles en la esfera pública, para abrir y recorrer nuevos caminos? Necesitamos más que nunca la contribución del “genio femenino”, de “alianzas igualitarias” entre mujeres y hombres que actúen juntos, para atajar de raíz la violencia que estalla. Recurrimos a las mujeres y a su cultura del cuidado y del reconocimiento, de la palabra y del encuentro, una cultura que ha atravesado los siglos, para inyectar nueva energía al cuerpo social, nuevas razones para la paz. Necesitamos escuchar la voz de las mujeres para generar la paz. 

 

3) La guerra no puede ser un instrumento político: reconocemos el fracaso de la violencia armada para la resolución de conflictos. Los tiempos lo exigen urgentemente: la política repudie la guerra para elaborar y adoptar nuevas normas, nuevos instrumentos y procesos capaces de una transformación no-violenta de los conflictos. Es hora de dejar atrás formas primitivas y fallidas de relación entre las personas, entre los pueblos. El actual enfoque belicoso está conduciendo a un grave desequilibrio que pone en peligro la sostenibilidad de la vida humana en el planeta; la enorme cantidad de recursos invertidos en la guerra supone la pérdida de recursos fundamentales a invertir para el presente y el futuro de la humanidad. 

Tomarse en serio el NO a la guerra significa partir de un análisis radical de los modelos económicos que -en lugar de actuar para reducir las inaceptables desigualdades que están en el origen de tanta violencia entre los pueblos- siguen multiplicando la producción de armas que alimentan horribles conflictos. Cuando la economía mata, hay que desenmascarar los intereses que están detrás de la hipocresía del mercado de armas, para una reconversión integral de la producción y las finanzas.

 

4) La paz como derecho – la paz como política: en nombre del derecho a la paz de todos los pueblos, no dudamos en apoyar los desafiantes procesos de reconciliación, las prácticas de convivencia, incluso incipientes, entre pueblos afectados por conflictos armados. Porque no basta con deponer las armas: sólo un contexto de justicia, desarrollo y solidaridad puede sostener el camino de los pueblos hacia la paz, que no puede construirse ignorando a los pueblos vecinos. 

Es necesario sembrar una cultura política fraterna que vaya más allá de las fronteras nacionales y promueva la amistad entre los pueblos, para llegar a “amar la patria del otro como la propia”, programa profético de política internacional indicado por Chiara Lubich*. 

Nos comprometemos a aplicar no sólo políticas de paz, para lograr condiciones de estabilización tras los conflictos, sino la paz como política: esto significa considerar todas las políticas -sociales o económicas, culturales, así como migratorias- desde la perspectiva de la paz. El objetivo no puede limitarse a poner fin a los conflictos; en nuestras manos están ante todo las condiciones para que un conflicto no estalle en formas violentas.

 

Como Movimiento Político por la Unidad, nos proponemos poner todo nuestro empeño en crear, con quienes comparten este objetivo, un movimiento cultural similar al que condujo a la abolición de la esclavitud en el pasado. La guerra no es inevitable. 

Si la guerra ha marcado nuestro pasado y marca este doloroso presente, ello no significa que deba formar parte del futuro. Y cuántas veces las “utopías” han señalado posibilidades inexploradas, guiado procesos de humanización y abierto nuevos horizontes que se han convertido en bienes comunes para las nuevas generaciones, para toda la humanidad. 

 

Los más de 170 conflictos que tienen lugar en estos momentos y sus consecuencias, desde Oriente Medio, a Ucrania, a Sudán del Sur, a la República Democrática del Congo, a Colombia… ponen de manifiesto la inutilidad de la guerra como medio de resolución de conflictos. Pedimos que se detenga. 

 

8 de noviembre de 2023

 

Firmas autógrafas del Presidente, Co-presidente, Secretaria General 

seguidas de las firmas de: CENTRO INTERNACIONAL, COMITÉ CIENTÍFICO, PRESIDENTES DE CENTROS REGIONALES y NACIONALES, REFERENTES LOCALES de la RED MPPU EN EL MUNDO (página siguiente )

 

*NOTA:  Chiara Lubich, galardonada con el “Premio de Educación para la Paz” de la Unesco en 1996, utilizó esta expresión en su discurso El espíritu de fraternidad en la política como clave de la unidad de Europa y del mundo, pronunciado en Innsbruck el 9 de noviembre de 2001, con motivo de la conferencia Mil ciudades por Europa.

 

Esther Wanjiru Kaburu  Kenia-Centro intl.Mppu
Christopher Jiménez Estrada México-Centro intl.Mppu
Rafaela Brito Brasil-Centro intl. Mppu
Giuseppe Dipietro  Italia-Centro intl. Mppu
Spirito Oderda Italia-Centro intl. Mppu
Giovanni Pierro Malitao Jr. Filipinas-Centro intl. Mppu
Mario Bruno  Italia-Centro intl. Mppu
Cristina Calvo Argentina-Centro intl. Mppu
Maria Bencivenni  Italia-Centro intl.e Mppu
Daniela Ropelato  IU Sophia-Coordinadora Comité Científico del Mppu 
Luis Eugenio Scarpino Jr,  Brasil – Comité Científico del Mppu
Prisca Maharavo  Madagascar – Comité Científico del Mppu
J. Miguel Aguado Centro Mppu Europa 
Tezra Furaha Centro Mppu África  J
Guillermo Castillo  Secretario General – Mppu América Latina 
Argia Valeria Albanese  Mppu Italia – Presidente
Ivanna Sant’ Ana Torres Mppu Brasil – Presidente
Irene Duffar Mppu Argentina -Presidente
Miguel de Jesùs Niño Sandoval Mppu Colombia – Presidente
Alberto Scaravelli Mppu Uruguay -Presidente
Manuel Enrique Duarte Mongelós Mppu Paraguay 
Cesar Guzman  Mppu Perú
Gabriel Pineda  Mppu Venezuela 
Dr. Jeong-Woo Kil Mppu Corea del Sur- Presidente
Dieudonné Upira Mppu República Democrática del  Congo M
Jean Marie Vianney Ndoricimpa  Mppu Burundi  J
Castor Mfugale Mppu Tanzania  J
Michel Batt Mppu Francia 

Illes Brunhilde Hertwich

Mppu Alemania 

Juan Fernandez Robles  Mppu España – Presidente
Mihály Berndt Mppu Hungría – Presidente
Michelle Grandjean Böhm Mppu Suiza
Michal Siewniak Mppu Reino Unido M
Catarina Bezerra  Innovación Política – Mppu intl. Center 
Jorge Jimenez  Secretaría Ejecutiva – Mppu intl. Center 
Francesco Mazzarella  Comunicaciones – Mppu intl. Center