La democracia nos impone el deber de ser coherentes en las políticas que ponemos en marcha y de estar atentos a la noción de libertad, justicia y dignidad para todos sin distinción. Si construir muros en nuestras fronteras se convierte en la solución a los problemas de la inmigración, entonces la humanidad está en bancarrota y necesitamos una nueva forma de educación, según Azeez.

Escrito por: Adelard Kananira
Equipo de Secretaría y Comunicaciones

Azeez Sadeq, de 25 años, es un estudiante de la escuela La Mache, donde estudia Negocios Internacionales y Desarrollo M1. También es embajador del Proyecto Mundo Unido y de Living Peace International, conferenciante y voluntario en varias iniciativas. De origen franco-iraquí, vive en Francia desde hace 7 años. Después de 5 años de experiencia en escuelas y programas de formación de jóvenes, donde sigue dando su testimonio sobre la inmigración, propone la educación como remedio para todas las palabras causadas por la política actual. Está más que convencido de que un nuevo sistema de educación que permita el intercambio cultural daría lugar a un nuevo tipo de debate político.

“La educación recibida tanto en casa como en la escuela es muy importante para cada persona. Uno acompaña al otro. Sin educación, una persona se queda sin valor, sin personalidad y, por tanto, sin respeto por uno mismo y por los demás. Ni siquiera el principio de libertad tiene cabida porque no respetamos nuestra propia libertad ni la de los demás”, dice Azeez. También añade que si tenemos una generación educada, no existirán problemas como las guerras, el racismo, la inmigración o el cambio climático, porque las personas y las naciones habrán aprendido a dialogar, a escucharse y a buscar soluciones juntos en el respeto mutuo. Tendremos una política de calidad.

La política de calidad es un llamamiento del movimiento político a la unidad en la celebración de su 25º aniversario en mayo de 2021, para abordar los problemas globales reconsiderando la esencia de la política. Azeez cree que la política es el trasfondo de la vida cotidiana de todos los ciudadanos, pero para tener éxito, debe estar atenta a los gritos de los ciudadanos, especialmente de aquellos que no suelen ser visibles en la sociedad.

“Necesitamos políticos que no estén alejados de la realidad. Necesitamos políticos que no estén alejados de la realidad, que se den cuenta de que la política es un poder que les permite ocuparse de todos sin excepción. Esto requiere una sensibilidad especial, estoy seguro, que es lo que el mundo necesita. Un presidente francés dijo una vez que hay trabajo y que sólo hay que cruzar la calle. Un comentario que me pareció indigno porque no sabe lo difícil que es encontrar un trabajo sobre todo cuando eres inmigrante y te llamas Mahmood o Azeez. Su solicitud de empleo puede ser fácilmente rechazada. Imagina el dolor de una persona que ha vivido esto cuando escucha este tipo de discurso viniendo del Presidente de la República.

La forma en que la Unión Europea está respondiendo a la crisis migratoria muestra lo débil que se ha vuelto la política y cómo está buscando una salida a su propia vocación, que es la inclusión social: promover el bienestar de todos, en beneficio de todos. Azeez cree que los jóvenes son la esperanza de una política de calidad si se les escucha, acompaña y apoya. Como ciudadano en Francia, pero también en el mundo, aporta su contribución allí donde va.

“Nací en Irak, viví la guerra y no se la deseo a nadie. Por eso trato de hacer todo lo posible para sembrar el cambio. Sólo soy un testigo de la juventud, pero no es sólo eso. Llevo un mundo detrás de cada palabra, experiencias variadas y una vida rica en diversidad que estoy orgullosa de haber vivido porque me ha abierto la mente. Quien me escucha recibe esta diversidad a través de mis palabras y no queda indiferente. Este es mi talento y esto es lo que utilizo para marcar la diferencia. Hay jóvenes como yo en todo el mundo que están haciendo cosas diferentes por un mundo mejor, estoy seguro. Dice Azeez.